En tiempos donde la televisión navega aguas turbulentas, donde la novedad parece instalada en la guerra de plataformas de streaming que se disputan el capital del entretenimiento, es importante ser un buen capitán. La pantalla chica, la de siempre, la de aire, vive un cambio inédito y en esa marea está el Pollo Álvarez (38).
El conductor se despidió de Nosotros a la mañana hace tres meses y hoy la tele lo vuelve a convocar para una reencarnación de su ciclo. En la misma pantalla de eltrece, con un equipo nuevo de panelistas y volviendo a repetir su sólida dupla con Sandra Borghi, en una charla con Ciudad se define a la hora del trabajo como “gauchito” y “dispuesto a darlo a todo”.
“El ir creciendo y que me hayan costado las cosas no deja de sorprenderme”, comenta, aunque su curriculum conoce de papeles sin nombre en telenovelas (“Más que un ‘chico Cris Morena’, soy un ‘extra Cris Morena’”) y trabajos como notero, panelista y conductor que vienen desde inicios del 2000 hasta su consolidación como animador en programas tan distintos como Combate, Con amigos así, Por amor o por dinero o el ciclo con el que, ahora, volverá a decir «buen día a todos, bienvenidos a Nosotros a la mañana». Ni magia, ni azar.
-¿Cómo te sentís con esta vuelta?
– Es raro, pero me siento feliz. Uno podía pensar ‘bueno, un día vamos a volver’, no importa cuándo. Yo pensaba ‘algún día va a volver este programa’ porque es un programa que yo amo mucho y cuando me comunicaron la vuelta fue felicidad total. Tenía muchas ganas de hacerlo. Estoy muy contento de volver a la pantalla.
-¿Qué estabas haciendo cuando recibiste el llamado donde te contaban sobre el regreso de Nosotros a la mañana?
-Estábamos armando con el canal y con la productora un programa de entretenimiento para los fines de semana. Me llamó Martín Kweller y yo pensaba que era para este otro programa. Me dice ‘te tengo que contar algo’ y yo pensé ‘listo, se aprobó el programa de entretenimiento’. Ahí fue cuando me dijo que volvía Nosotros a la mañana y yo “¿cómo? ¿cuándo?”. ¡No lo podía creer! Ahí fue pensar a quién llamábamos y qué íbamos a hacer.
-¿Qué novedades se vienen en este regreso?
-Al estar en la pantalla de eltrece siempre tenés que dar mucho porque es una pantalla líder, por lo tanto siempre tenés que estar al 100%. Es un programa que está desde hace siete años y que yo lo hice dos años y monedas así que hay que volver renovados, con una apuesta. Hay que ofrecer más cosas de las que habíamos dado antes de irnos. Cuando el programa se terminó la gente me preguntaba cuándo volvíamos, así que ahora que se dio hay que darlo todo.
-¿Qué te pasa cuando ves, por ejemplo, que en la entrada de los estudios de eltrece tu cartel está al lado del de Marcelo Tinelli, de Mirtha Legrand o de Guido Kaczka?
-Para mí es un montón. Es como cuando vos empezás a laburar, hacés castings y soñás cosas como conducir un programa de televisión. Que esté tu poster en el medio de la ciudad es muy loco y no paro de sorprenderme. Soy medio fan, medio goma y saco foto siempre que paso. Si subís a la autopista está, si venís caminando está y es algo que no me voy a poder acostumbrar. Me parece un montón. El ir creciendo, después de que me han costado las cosas, no deja de sorprenderme.
-Tu dupla con Sandra Borghi se ve muy natural. ¿A qué le atribuís esa química?
-Somos hermanos, primos, pareja. Somos todo a la vez. Nos llevamos muy bien y a la vez nos burlamos de nosotros. Tenemos mucha confianza y es algo raro porque es como mi pareja, mi mamá, es mi tía, mi abuela. Yo a veces le digo “abuela” y se enoja. Hay mucha confianza, nos conocemos mucho en poco tiempo y a veces no nos soportamos. Ahora que volvemos lo primero que nos dijimos fue “otra vez nos tenemos que volver a ver, no te la puedo creer”. Creo que nos amamos mucho.
-¿Te pasó tener que ir a un lugar con alguien con quien era difícil trabajar?
-Sí, en uno de mis primeros trabajos hice una conducción con una persona que me hizo la vida imposible. Mal. No la voy a nombrar, pero es la persona que peor me cae del medio. Yo estaba empezando y era una persona muy poco solidaria, todo lo contrario a mi política de trabajo, y era brava, ruda. Muy difícil laburar porque tenía mucho ego. Me gusta la gente sencilla y era todo lo contrario a lo que yo soy, trataba mal a todo el mundo.
-En el plano personal, ¿cómo está hoy tu relación con Tefi Russo?
-Estamos muy bien. La última vez que hablamos de Tefi y de mí se hablaban otras cosas, que tenían que ver con una crisis, pero yo considero que no fue tal, pero no importa. Tefi está tranquila, con Mimi, su hija, y a esta hora debe estar con el Zoom del colegio (risas).
-¿Cómo hacen para alimentar su relación?
-Hace cuatro años que estamos en pareja y dos de casados. Yo creo que como todas las parejas, y más en pandemia con estos tiempos que son un embole donde la vida es mucho más rutinaria, lo que hay que hacer en casa es ponerle toda la onda del mundo y más que nunca porque hay menos planes para hacer. Cuando se dijo que estábamos en crisis, yo lo que dije fue que si hay amor, se resuelve. Todos pasamos por momentos de peleas, de separación, pero si hay amor y los dos creemos que se puede ir para adelante, yo creo que se puede resolver paso a paso.
-¿Qué hacés para agasajar a Tefi cuando cometiste un error y querés subsanarlo?
-Lo que más hago, que es mi mayor virtud y mi mayor defecto, es que yo soy muy cariñoso y a la vez eso puede ser muy intenso. Por lo tanto, el ser cariñoso, estar muy presente y estar atento a la vez es contraproducente porque llega un momento que es “basta, salí de acá”. Hay que tener un equilibrio entre esas dos cosas, pero considero que mi fuerte es estar pendiente de que el otro esté bien.
-Ella es una gran influencer de cocina en nuestro país. ¿Cómo es convivir con una persona que prepara todos estos platos que se ven tan tentadores en las redes?
-Tefi cocina como los dioses y cuando hace jornadas de grabación, que las hace en casa, te queda todo el morfi. Si hace postres, capaz tenés cinco tortas para comer, tenés pastas. Lo que sea. Mi casa es un restaurante y así estamos. Después hay que salir a entrenar.
-Ella igual cuenta que vos sos muy feliz con una milanesa.
-A ella le da mucha bronca porque yo soy básico. A veces saca, ponele, un risotto de mar y si hay una milanesa, yo siempre voy a comer una milanesa. “¡Flaco, probá!”, me dice. La entiendo, pero me gusta más lo otro. Yo soy de platos sencillos, de paladar básico, por más que ella haga platos exquisitos. Se agarra unas broncas grandes con eso. Me dice “¡probalo, no seas nene!” y es un “no” rotundo.
-Esta es una vuelta con el programa. ¿A qué otras vueltas o segundas oportunidades les has dicho “sí”?
-No hay muchas. En el amor, no. Nunca tuve una segunda vuelta. No sé por qué, pero no se dio. Tampoco tuve tantos noviazgos, fueron tres o cuatro. Y en la televisión nunca antes pasó, pero lo hubiera aceptado. Soy gauchito, lo que sea está bien con tal de estar trabajando. Es mi primera segunda vuelta.
-¿Volverías a la actuación? Fuiste un chico Cris Morena, también.
-¡No! (Risas) Fui un extra Cris Morena, pero puedo decirlo. Acá no me van a creer, pero si mañana voy a otro país lo digo. “Yo laburé con Cris Morena” y andá a chequearlo. Aparte, tengo el video en el que aparecí de fondo. Me gustaría actuar, pero no me dedicaría a eso. Me gusta conducir, aunque aceptaría hacer una participación. ¡Adrián, dale! (risas). Me divertiría, pero quiero seguir creciendo es en la conducción.
-¿Volverías a ShowMatch?
-No, no, no. Es una experiencia que yo quería vivir. Es un programa que miro, a Marcelo lo admiro y no lo pasé bien. No fue el mejor paso de mi vida por un programa y ya está, terminó. Prefiero verlo en casa.
-Te toca estar de los dos lados del escritorio al estar al frente de un programa que habla de la vida privada de los famosos. ¿Te llaman los famosos para quejarse por alguna información o alguna opinión que se dio al aire?
-Sí, y yo soy tibio. A mí no me gusta molestar a nadie. Siempre trato de no hacerlo, por lo tanto cuando se cuenta alguna noticia trato de apaciguar. De todos modos, cuando una noticia sale al aire el conductor es tan responsable como el que la cuenta. Se ha enojado gente conmigo. Yo nunca hablo de la vida privada de las personas, pero de todos modos comunico la noticia y es prácticamente lo mismo. Me han llamado diciéndome “¿Por qué pusiste eso al aire, Pollo?” aunque yo después al aire aparezco justificando, diciendo “bueno, pero tal vez…”. Lo que pasa es que yo conozco a mucha gente del medio y sino no puedo hacer el programa. Trato de cuidar mucho las formas.
-¿Cómo está Victoria, tu hermana, que es alguien de quien vos siempre hablás y que la gente conoce por el gran vínculo que tienen?
-Ella está bien. Contenta y todos en mi familia estamos contentos porque ya se dio la primera dosis de la vacuna. Está muy aburrida, en casa. Ella no sale ahora porque iba a un centro de día y no está yendo. Con ganas de que termine la pandemia, pero ella siempre está de buen humor. Es muy feliz, pero no deja de estar reembolada porque todo este tiempo que está en casa. Por fortuna tenemos la tranquilidad de que está vacunada, que es lo que más nos preocupaba.
-¿Tenés una opinión sobre este debate que se generó por la apertura de las instituciones educativas en el contexto de una pandemia mundial?
-No soy quién, porque los que saben son los que organizan. Yo siempre que haya protocolo estoy a favor de eso, de que se puedan abrir las escuelas y los chicos puedan ir a recrearse en la medida de lo que se pueda. Soy más abanderado de que los pibes vayan al colegio a que no lo hagan, siempre. Si se pueden hacer otras actividades, que tal vez son mucho más expuestas, digo por qué no puede ser una ir al colegio.
-¿Qué tenés ganas de que llegue para tu vida?
-Me gustaría seguir creciendo como conductor y seguir estando sólido en la pantalla. Seguir con mi familia y que el día de mañana pueda ser más grande. Quiero estar tranquilo.
-¿Estás trabajando en eso de agrandar la familia?
-Todavía no, necesitamos un tiempo para eso. Es algo que sueño, me encantaría ser padre pero estamos esperando cuando se dé y cuando estemos los dos de acuerdo. El tiempo lo dirá o no. Algún día, tal vez.
Fuente: Ciudad Magazine