Lágrimas: luego de una semana difícil, Julio Falcioni dirigió a Independiente y se emocionó con la clasificación para las semifinales

Julio César Falcioni miró al cielo y, al instante, lo rodearon todos sus ayudantes. Una ronda de emoción. En una mano, el entrenador de Independiente sostenía su barbijo. Su cabeza, su corazón, estaban en el cielo. En la semana, el ex arquero sufrió la pérdida de su esposa, compañera de casi toda la vida. Semanas atrás, el propio entrenador, sobreviviente de un cáncer de laringe, se había recuperado del coronavirus. Justo él, que siempre luce inquebrantable, esta vez no contuvo las lágrimas. De nostalgia, de tristeza. Pero también de satisfacción: su equipo está entre los cuatro que más lejos habrán llegado por la Copa de la Liga Profesional.

La tarde-noche en La Plata había empezado con un abrazo conmovedor entre Falcioni y Ricardo Zielinski, rivales y colegas que se respetan. El fútbol argentino en general, en rigor, se había volcado afectuosamente hacia el entrenador de Independiente tras su percance. Y el DT había agradecido en las redes sociales el apoyo recibido en días tan difíciles para él y su familia.

El último penal de la serie y el llanto de Falcioni

La emoción de Julio César Falcioni luego de que su equipo se clasificara a las semifinales de la Copa de la Liga Profesional: el entrenador perdió el jueves a su esposa.

La emoción de Julio César Falcioni luego de que su equipo se clasificara a las semifinales de la Copa de la Liga Profesional: el entrenador perdió el jueves a su esposa.

Una vez terminado el partido contra Estudiantes, el entrenador del Rojo dejó que el festejo fuera protagonizado centralmente por los jugadores, que le habían dado la alegría de la clasificación. Se abrazó una y otra veces con sus ayudantes y desandó el camino al vestuario. A pura lágrima, conmovido. Hasta que por el túnel vio asomarse al resto de la delegación, los futbolistas que habían acompañado al plantel a La Plata. Gritos. Festejos. Más abrazos, más contención al líder del grupo“¡Vamos, Julio!”, le gritaban los futbolistas. Sus dirigidos. Falcioni miraba hacia el piso, emocionado.

“Julio es una gran persona y hacemos todo lo posible para respaldarlo. Sabemos de su aporte y de su importancia para este grupo”, dijo el arquero uruguayo Sebastián Sosa luego de la clasificación, en declaraciones a Fox Sports. “Sacamos el amor propio. Esto es para Julio y su familia. Entre lágrimas y con mucho corazón, estuvo acá, con nosotros”, dedicó el capitán, Silvio Romero, en ESPN.

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